Como sujetos de este siglo XXI nos caracterizamos por elegir el camino más rápido, lo que salga más fácil y lo que exija menos reflexión. En sólo un día, realizamos muchas actividades y no nos detenemos a pensar en lo que realizamos y qué facultades nuestra utilizamos en el proceso.
La actividad del sendero de arena nos hace reflexionar precisamente sobre la importancia de cada una de las partes que integra nuestro cuerpo, pues cada una aporta su granito de arena para que nuestras acciones salgan de la mejor manera posible.
De igual forma, se concluye que el cuerpo es un agente que comunica y que permite una flúida interacción con otras personas.
lunes, 18 de mayo de 2009
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